un domingo cualquiera  

Posted by neverthere

Me he sentido mal todo el día. Pero mal, mal. Sin poderme mover, sin conseguir ponerme de pié. Una tras otra vi pasar las horas delante de mí, frente a mis ojos desiertos y sin lágrimas: abiertos. Y ahora bajo el verdeazul tintineo de las estrellas, estoy infinitamente cansada. Más que nada, de que mi cuerpo se organice constantemente para sabotearme. Estoy cansada de que mi cuerpo me boicotee. No hubo profecías durante los millones de segundos que permanecí enroscada sobre un costado, deseando que las hojas en continua caída me sepultaran por siempre. Ya les he dicho: la fecha de mi muerte está fijada para más adelante. A veces esto me apremia: quiero moverme, quiero verlo todo, quiero ver el mundo y tragármelo entero como un postre. Otras, maldigo su lejanía y la llamo en silencio, lo suficientemente cobarde como para ceder a la inercia, lo suficientemente consciente como para no acelerarla y desencadenar cosas que no son correctas en el plan de todo lo creado. Porque un simple soplo, la simple carencia de mi aliento, puede evitar que en 300 o 400 años un señor pinte helicópteros, antes de que otro sueñe con ir a la luna y otros, mucho después, hagan estos delirios certezas.
Estoy cansada, pero mis ojos están secos. Simplemente los cerraré y pretenderé que duermo, que me importa ver el mundo mañana de nuevo. Quisiera soñar que vuelo.

This entry was posted on 23 de junio de 2008 at 5:12 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

0 comentarios

Publicar un comentario