Juana vivía con su familia una vida bastante feliz. A veces escuchaba voces que le ordenaban cosas pero, usualmente eran benévolas, como aquella vez que le dieron unos números para el sorteo local de un cerdo y un pequeño becerro. Los números eran extraños pero, cuando se los dio al organizador del sorteo supo que el 4, 8, 15, 16, 23 y el 42 le harían ganar.

Cierto día se hallaba en el campo perdida en sus cosas místicas, cuando de pronto a lo lejos divisó a otra muchacha por allí. Escuchó otra vez la voz en su cabeza. Era armoniosa y suave pero, al parecer la otra chica la oyó también. Una espada cayó del cielo y ambas la vieron. La otra chica se abalanzó sobre ella. Juana también. Ambas se enfrascaron en una pelea, durante un largo rato, por quedarse la espada y, nuestra, Juana perdió, no sin antes mascullar una maldición entre dientes.

Es así como empieza la historia de nuestra Juana. Una guerrera legendaria que debido a un giro del destino comprobó como su vida tomaba otro rumbo.

A lo largo de la historia (real o no) hemos visto como muchas mujeres han demostrado tener el valor suficiente como para cambiar las cosas. Son mujeres que decidieron salirse de los convencionalismos y luchar contra el sistema que las encasillaba en el papel de esposas sumisas, hijas obedientes o madres abnegadas. Son mujeres que antepusieron sus sueños a lo que la sociedad les imponía y sin embargo destilaban una dulzura y femineidad que las embellecía.

Este no es un blog feminista, así que si es eso lo que buscáis podéis volver por donde vinisteis. No nos gustan los *ismos. Somos mujeres en todo el sentido de la palabra. Femeninas, soñadoras, inconstantes pero, además luchadoras, enérgicas, decididas y entregadas a nuestros ideales.

Aquí comienza nuestra historia. Esperamos que podáis acompañarnos.